CLEAN SWEEP: IX protege los activos energéticos
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CLEAN SWEEP: IX protege los activos energéticos

El crecimiento de la población en los mercados de Asia y el Pacífico ha impulsado una mayor demanda de soluciones energéticas sostenibles. Este aumento cambia el panorama energético mundial, lo que a su vez cambia el panorama hídrico mundial debido a la importancia del agua en las operaciones que requieren turbinas, ya que las turbinas son las que hacen funcionar los generadores de energía para las comunidades de todo el mundo. El agua de calidad es esencial para la industria de generación de energía, que depende de ella para generar electricidad. Las centrales de ciclo térmico, como las que generan energía a partir del carbón, el petróleo, la geotermia y la energía nuclear, entre otras, requieren inmensas cantidades de agua para generar vapor, refrigerarse y condensarse. El Laboratorio Nacional de Energía Renovable informa que, solo en los EE. UU., la producción de energía a partir de combustibles fósiles y energía nuclear requiere 1,9 millones de galones de agua por día. Esta demanda de agua está provocando un cambio importante en el tratamiento del agua para la generación de energía, pasando de agua dulce a aguas residuales y su reutilización.

Un ejemplo destacado es el aumento de las aplicaciones de desulfuración de los gases de combustión (FGD) y descarga mínima de líquidos (FGD) que influyen en los mercados chino y estadounidense. En un esfuerzo por satisfacer la demanda de generación de energía en estos mercados y, al mismo tiempo, cumplir con las regulaciones ambientales cada vez más estrictas, los operadores de las plantas han estado utilizando tratamientos especiales para proteger sus activos y mejorar la eficiencia. Además, reducir el consumo de energía, el costo de los productos químicos y la huella hídrica, al tiempo que se promueven los métodos de recuperación de fuentes como las aguas residuales, se han convertido en elementos clave para los objetivos sostenibles de la industria. Las centrales nucleares se enfrentan a desafíos adicionales a la hora de reducir los residuos de forma sostenible y dentro de los presupuestos. Este nexo agua-energía —la conexión inextricable entre el agua y la energía en la medida en que una es necesaria para crear la otra— se ha convertido en un poderoso catalizador para la innovación industrial. La alta calidad del agua es esencial para proteger los equipos y garantizar que maximicen la productividad de manera confiable. Hay muchas tecnologías eficaces de tratamiento de agua en el mercado actual, y una de las más importantes es el intercambio iónico (IX).

Las resinas de intercambio iónico eliminan las impurezas iónicas, lo que produce un agua ablandada y desmineralizada parcial o totalmente. Para lograr esta calidad casi ultrapura, se requiere una selección de resinas IX especializadas que puedan eliminar una gama estrecha o amplia de contaminantes, diseñadas para aplicaciones específicas de energía nuclear y fósil. El resultado es un agua de reposición ablandada, desmineralizada y pulida, también conocida como FGD habilitada. La tecnología de resina IX también es la opción más popular para las aplicaciones de pulido de condensados diseñadas para proteger calderas, generadores de vapor, turbinas y reactores nucleares multimillonarios. Estas resinas especializadas también pueden ayudar a mejorar el agua de los reactores, el agua de las piscinas de combustible y el agua descargada. Además, el aumento de las regulaciones ambientales ha obligado a las centrales eléctricas alimentadas con combustibles fósiles a instalar sistemas de desulfuración de los gases de combustión, que requieren el tratamiento del agua extraída antes de su descarga. Las resinas de intercambio iónico debidamente especificadas pueden ayudar a cumplir esas exigencias reglamentarias al eliminar las trazas de contaminantes, como el arsénico y el mercurio.

La escasez mundial de fuentes de agua dulce está impulsando una estrategia circular y más sostenible en la que el agua se reduce, reutiliza y recupera. Esto requiere tecnologías del agua que puedan aumentar la cantidad de ciclos en los que se utiliza el agua, tratándola y descargándola para otros usos. Estas presiones ambientales han hecho que la sostenibilidad y la huella hídrica sean preocupaciones operativas clave. Los operadores de energía se ven presionados por ambos lados en términos de abastecimiento y descarga de agua, y se ven presionados aún más por la creencia generalizada de que invertir en nuevas tecnologías de tratamiento del agua es demasiado costoso. Sin embargo, para la industria eléctrica, no invertir podría resultar más costoso, ya que las cadenas de suministro interrumpidas —un gran desafío en muchos sectores— demuestran su impacto negativo en la generación continua de energía.

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